Literatura
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CerrarEl lobo feroz lleva estornudando toda la mañana: ¡ACHÍS! ¡ACHÍS! ¡ACHÍS! Tiene que ir al médico, ¡pero le da mucho miedo!
Un simpático libro-marioneta para jugar a dar sustos, y una manera divertida de enfrentarse a los miedos y enfermedades.
El protagonista de la exitosa serie del lobo feroz se embarca en esta ocasión en una aventura llena de humor. ¡Se va por primera vez de vacaciones!
El lobo gris nunca sospechó que tragarse una mosca fuera a hacerle cecear. Sus compañeros lobos se ríen de él y el jefe lo expulsa de la manada por ridículo. No puede más. ¡Tiene que dejar de cecear! ¿Y si se come una araña para que esta se zampe a la mosca?
El pequeño conejo le pregunta a su madre una y otra vez cómo está tan segura de que el lobo no va a venir. Mientras tanto, parece que un lobo se acerca poco a poco a la calle de los conejos...
Tras haber perdido a su único hijo en sombrías circunstancias, los Reinosa, familia de acomodada posición, deciden prohijar a Elma, una chica de trece años, a quien ponen un extraño tutor.
Cada tarde, Lolo e Inés emprenden viajes fantásticos a lugares desconocidos en un coche abandonado. Un día observan en la plaza de su barrio cómo un viejo vagabundo inspecciona las papeleras buscando algo de comida.
Dorothy vive con sus tíos en una granja de Kansas. Un día, mientras juega con su perro Totó, un tornado los arrastra a un lugar mágico.
Una visión renovada de la conocida obra del autor estadounidense L. Frank Baum. Sébastien Perez y Benjamin Lacombe recrean la aventura de Dorothy a través de los ojos de uno de sus principales protagonistas: el espantapájaros.
Tras haberse burlado de un duende, el travieso Nils sufre un hechizo que lo convierte en un ser diminuto. Esto lo animará a volar a lomos de Martín, un joven ganso, en un maravilloso viaje cargado de aventuras y experiencias.
Tras haberse burlado de un duende, el travieso Nils sufre un hechizo que lo convierte en un ser diminuto, pero que puede comunicarse con los animales.
Ha llegado la lluvia de mariposas. Es la señal para que el gigantón Xia Tenzin abandone su pueblo, en las montañas del Tíbet. Desde allí no se ve el mar, ni puede olerse. Y él ha decidido que tiene que verlo.
El dios Poseidón, ofendido con el rey Minos por no ser capaz de reconocer la ayuda que le prestó al vencer a sus enemigos, lo castiga condenando a su esposa a dar a luz a un niño monstruoso, con cuerpo de hombre y cabeza de toro.