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Vive las increíbles aventuras de Tom Sawyer
Gracias a esta nueva edición de Las aventuras de Tom Sawyer de Edelvives seremos piratas, indios o bandidos. Aprenderemos la importancia de la vida en libertad, de la amistad y del amor y haremos un viaje inolvidable junto a personajes entrañables.
Las aventuras de Tom Sawyer cuenta las correrías de un niño en el ficticio pueblo de St. Petersburg a orillas del río Mississippi. Tom es huérfano y vive en casa de su tía Polly junto a un hermanastro. Le encanta escabullirse de la escuela y buscar quehaceres más excitantes junto a su gran amigo Huckleberry Finn. Comete inocentes pillerías: conseguir que otros chicos pinten la valla que se le había encomendado a él como castigo o hacer trampas para recibir un premio en el colegio. Pero también será testigo, junto a Finn, de un asesinato e investigará los misterios de una peligrosa cueva con su amada Becky. Este libro es, sin duda, el relato de un apasionante verano y, además, un retrato vitalista de la infancia inspirado en la vida del propio autor.
El famoso escritor Mark Twain, considerado por muchos el padre de la literatura norteamericana, nació en Florida en 1835. A los doce años murió su progenitor y tuvo que abandonar sus estudios para ganarse la vida como aprendiz de impresor. Muy joven empezó a publicar bosquejos humorísticos y breves relatos de viajes en los periódicos. Su primer éxito literario llegó en 1865 con La famosa rana saltarina de Calaveras. Una vez casado y establecido en Connecticut escribió Las aventuras de Tom Sawyer (1876) y su secuela Las aventuras de Huckleberry Finn (1884) que serán dos de sus obras maestras. En 1907 fue investido doctor Honoris Causa por la Universidad de Oxford y tres años después, en 1910, murió en Nueva York víctima de un infarto.
Antonio Lorente es el responsable de poner cara a los protagonistas de la historia. Nacido en Almería en 1987, estudió Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia. El haber residido en distintas ciudades como Oporto, Londres o Roma fue clave para él a la hora de desarrollar un estilo personal. Su obra se ha expuesto en la Biblioteca Nacional y en galerías de Londres, París, Las Vegas, México D.F. o Nueva York y ha recibido numerosos premios. Su trabajo está a medio camino entre el formato digital y la pintura tradicional; en él descubrimos influencias que van desde el arte renacentista hasta el surrealismo pop. Ya había publicado con Edelvives Genios: el eco fantasma de sus voces, Peter Pan y Ana la de las Tejas Verdes. Ahora llega con la recreación de otro clásico al que aporta todo su genio como retratista.
Nos hechiza su joven Tom con el pelo encrespado y su canotier de paja; el deslumbrante brillo de los ojos transmite mucho más de lo que está escrito. Lorente pone todo el énfasis en la mirada y a través de ella es capaz de pintar hasta el alma de los personajes. Siempre a su lado Huckleberry Finn, vestido con ropa vieja y un sombrero hecho jirones que apenas deja ver una cara pálida y unos ojos tristes y ojerosos. Juntos forman un buen equipo y comparten diversiones, pero también temores. ¡Qué caras tan angustiosas, al borde de las lágrimas, asoman entre las ramas de los árboles del cementerio! ¿De qué serán testigos? ¿Y qué hay de su teatral aparición, como si de resucitados se tratase, en la iglesia del pueblo? ¿Qué esconden? Pero el ilustrador no quiere asustarnos y nos demuestra su humor en la escena del viejo galés y sus dos hijos: ¿encontráis algún parecido?
Página tras página descubrimos cómo el libro imita la estética de los scrapbooks; pequeños retratos, en blanco y negro a modo de fotos antiguas, salpican el texto. Así conoceremos a la venerable tía Polly, al pequeño Sid, a la bella Becky con sus preciosas trenzas rubias, a la prima Mary o a la adorable viuda Douglas.
¡Y bichitos por todas partes! Escarabajos, grillos y mariquitas se nos suben por las manos mientras pasamos las hojas, ¡son los peligros de la vida en el campo! Hay pistas diseminadas en cada capítulo: la pastilla de jabón, el diente de leche, el parche del pirata, la estrella del sheriff o la hiperrealista navaja ensangrentada sobre la hierba. Cada ilustración es una pequeña joya que nos conduce a una nueva aventura.
Escuchemos al niño que Mark Twain y nosotros llevamos dentro para volver a disfrutar de los árboles, los ríos, las islas inventadas y las casas embrujadas a través de la mirada de nuestros compañeros de viaje. ¡Espéranos, Tom!
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