Luis Aranguren Gonzalo, doctor en Filosofía y licenciado en Teología, plantea un ensayo filosófico-religioso sobre las relaciones fraternales más allá de la religión. Su trabajo está dedicado a la ética del cuidado como eje de crecimiento personal, de salto evolutivo para las organizaciones y de paradigma para nuestra civilización.
Fraternidades en la intemperie destaca la importancia de la cercanía y del cuidado en medio de las dificultades, como puede ser no disponer de techo para vivir. La fraternidad en situaciones desafiantes se presenta como una forma de protección comunitaria.
La aportación del cristianismo del siglo XXI será la construcción de una Iglesia hecha de fraternidades en movimiento al servicio de los más empobrecidos. Una comunidad de ‘tejedores’ y transformadores de este mundo en función de los vínculos que fomentemos y conservemos.
«Convivir sin dar lecciones, aprendiendo como los demás; sin buscar puestos de honor, enfangándose con los demás; sin enfadarse por perder privilegios...».