Libros infantiles de 6 a 8 años
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CerrarDescubre nuevos personajes, tradicionalmente conocidos como «buenos» en los cuentos, pero representados con pequeñas debilidades inusuales en ellos que deben corregir: un príncipe miedoso, un duende caprichoso y una princesa gruñona.
Rapunzel, una joven de larguísima cabellera, ha sido encerrada por una bruja malvada en una torre alta e inaccesible. Cada día, la bruja le pide que deje caer sus trenzas para poder trepar por ellas y subir a visitarla. ¿Conseguirá Rapunzel escapar de este triste destino?
En el reino animal se esconden gigantes, ágiles acróbatas, hábiles constructores, potentes levantadores de peso…
En este libro se muestran las extraordinarias características y habilidades de algunos animales.
¡No te las puedes perder!
Esta colección de pequeños y divertidos relatos, que completa la de Malos de cuento, muestra a personajes tradicionalmente conocidos como «buenos» en los cuentos, pero representados con pequeñas debilidades inusuales en ellos que deben corregir: un sabio mentiroso, una princesa perezosa y
Rómulo creció solo y asustando a los vecinos. Una manada de lobos lo invita a que les acompañe, pero él no acepta. Más tarde los echa de menos, los busca y disfruta de la vida en común.
Este es primer el libro de una colección, que tiene como protagonista a una liebre, en la que se pueden disfrutar de unass precisoas ilustraciones llenas de color.
La liebre protagonista de esta colección realiza un nuevo viaje que está ilustrado con gran detalle.
La liebre protagonista de esta colección visita pintorescos lugares que aparecen ilustrados con gran detalle.
Uno por uno, los niños del campamento van recibiendo un misterioso poema que los describe. Don Jacobo, el intendente, reúne todas las notas, y comienza así una divertida investigación para descubrir quién es ese autor que tan bien parece conocerlos.
El sol es perezoso, le gusta mucho dormir y se le pegan las nubes. Y es el canto del gallo el que lo pone en movimiento. Pero Nino Gallo se acostó con la garganta enrojecida y sin poder decir ni un «Ki».
¿Alguna vez te has parado a pensar cuánto nos parecemos a los árboles? ¡Es sorprendente! Nuestros brazos pueden ser las ramas y nuestros pies las raíces. Pero hay mucho más. Hay similitudes en nuestra anatomía, en nuestro funcionamiento individual e, incluso, en nuestro comportamiento colectivo.
Descubrimos nuevos personajes, tradicionalmente conocidos como «buenos» en los cuentos, pero representados con pequeñas debilidades inusuales en ellos que deben corregir: un príncipe miedoso, un duende caprichoso y una princesa gruñona.