Literatura
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CerrarCon una magnífica ilustración de Xan López Domínguez, podrás conocer a la gallina Churra y a su amigo Ratorratón.
Una mujer vestida de gladiadora siembra el terror en Roma al cometer una serie de brutales asesinatos.
En este volumen se podrán conocer todas las herramientas y las labores propias de una granja.
A Cocolicot su madre, su padre y su hermana Coconuta le recordaban constantemente que los cocodrilos son valientes y seguros y que nunca lloran. Sin embargo, un día Cocolicot no fue capaz de contener el llanto, y he aquí lo que sucedió.
María, junto con Jorge, el chico más friki de la clase, tiene que hacer un trabajo para el instituto sobre Benito Pérez Galdós. No le apetece nada, y menos ahora, que tiene una relación muy mala con su padre, también escritor.
A finales del siglo XIX, en un teatro, Tomé cuenta su historia. Una aventura emocionante que arranca con su naufragio en Asia y su refugio en casa de un viejo samurái ciego que se convertirá en su maestro y le enseñará los secretos de su técnica de combate.
El Lobo Feroz, Maléfica, el capitán Garfio, la Reina de Corazones, Drácula o Barba Azul… además de malos de cuento, ¡todos tuvieron una infancia!
La historia de Valentina y Gisela, de sus compañeros y compañeras de clase, de su entorno, de sus familiares…, nos acerca al difícil tema del acoso escolar desde un punto de vista diferente, en el que no todo es lo que parece y donde se pone en valor la actitud del grupo como freno a los abusos.<
Jim Hawkins, un muchacho de 15 años, trabaja en la posada Almirante Benbow ayudando a sus padres. Un día llega para alojarse allí un viejo y misterioso lobo de mar, Billy Bones, que se esconde de unos acreedores. Bones fallece días más tarde y en su equipaje encuentran el mapa de un tesoro.
Nim y su padre, Jack, son los únicos habitantes de una apartada y exótica isla. Aunque no acude a ningún colegio, ayuda a su padre a realizar diariamente anotaciones científicas, se ocupa de cuidar el huerto y de que el panel solar alimente su ordenador.
Fabio, desde niño, soñó con ver el mar. Y durante muchos años se dedicó a navegar por todos los mares, como grumete, marinero y capitán de barco.
El tiempo ha pasado y Caperucita no se ha recuperado de la muerte del lobo. Si las cosas hubieran sido diferentes, quizá nadie habría salido herido… Es por eso que la niña ha escrito cientos de cartas para comunicarse con él. Desafortunadamente, ninguna llega.