Madrid volvió a acoger la entrega de premios literarios y de ilustración de la editorial Edelvives. El lugar elegido para este acto fue el Espacio Delicias, un espléndido emplazamiento que acogió la gala en su teatro y el cóctel final en el agradable jardín.

¿Y si el público hubiera tenido la potestad de decidir cómo se organizaba el acto de la entrega de los premios? Pues la tuvo. Una vez más Edelvives sorprendió con su formato innovador y transgresor. La organización del evento permitió al público que fuera decidiendo si la bienvenida era al principio, al final, qué premio se otorgaba primero… Todo esto cobró sentido gracias al grupo de teatro de improvisación Jamming. Tres actores y una banda musical mostraron un teatro innovador, participativo y totalmente asombroso. Su magia teatral se fue creando a cada instante a partir de las sugerencias del público, cocreando. Por supuesto, no faltó el humor y la alegría. 

La trigésima cuarta edición del Premio Ala Delta fue a manos de Gwyneth. Los autores, Daniel Lorente y Carolina Gilbert, escritores noveles que escribieron la obra a cuatro manos, recibieron el galardón con gran emoción. En esta obra el jurado señaló el acierto al tejer puentes narrativos entre un mundo fantástico de gran originalidad y el mundo real.

El Premio Alandar, en la vigésimo tercera edición, galardonó la novela de iniciación titulada Verano en el asteroide obra de Manuel López Gallego. Esta obra destacó por la destreza del autor en el manejo de los tiempos narrativos, en una intriga que retrocede o salta a conveniencia entre el pasado, el presente y el futuro. Por último, El V Premio Internacional de Ilustración se otorgó a Mario Jodra. Su proyecto fue seleccionado por el virtuosismo técnico del autor y la capacidad expresiva tanto de las escenas como de los personajes.

La actriz y humorista Toni Acosta fue la encargada de poner voz a los textos premiados que se escucharon en distintos momentos de la presentación. Mientras se realizaba la lectura de los fragmentos, Martín Caló los acompañó con su música creando una seductora atmósfera. Asimismo, Toni Acosta entregó los galardones a los premiados entre los calurosos aplausos del público.

A la editorial Edelvives le mueve el compromiso de la educación de niños y la niñas y jóvenes, la creación artística, pero también apuesta por la creación y el talento. Es un grupo que se esfuerza por ofrecer propuestas con valor educativo y literario. Alejandro Cebrián, director de la división España del Grupo Edelvives, explicó que era «una fiesta para celebrar y para compartir». Además, transmitió su alegría al explicar que en esta ocasión coincidía la entrega de galardones con la celebración de los ciento treinta y cinco años de la editorial. «Esta empresa con más de ciento treinta y cinco años ha sido capaz de superar increíbles obstáculos. Siento un enorme respeto por el legado de esta casa y por la responsabilidad que tenemos con la educación y la cultura», concluyó. Por su parte, Rosa Luengo, directora de Creación editorial, añadió: «me mueve la pasión y la gratitud por la suerte que tengo de dedicarme a lo que me dedico. Y con el objetivo claro de que Edelvives tiene que tener un futuro y una larga vida».

Para finalizar, Cebrián felicitó a los premiados y les dio la bienvenida a la familia Edelvives. Y añadió que «leer da sentido. Ayuda a discernir entre lo bueno y lo malo, a adquirir criterio y a formar pensamiento crítico. Hay que seguir apostando por la creación y el talento. Misión, difusión cultural desde hace 135 años, conmocionar el alma, comprensión lectora, ser genuinos, relevantes y humildes».

Unas sentidas palabras para definir un acto que fue emotivo, divertido y, sobre todo, sorprendente. Una noche singular ofrecida por una editorial irreemplazable, necesaria, que sonríe, que contagia felicidad, que inventa sueños y que conmociona el alma. La editorial más antigua de España que arranca sonrisas cuando se presenta ante el público.